Las inundaciones sin precedentes
provocadas por la tormenta Harvey, que ha causado al menos
tres muertos, aisló parcialmente este domingo Houston, la cuarta ciudad más
grande de Estados Unidos, con el cierre de dos aeropuertos y el corte de sus
principales vías.
En
la costa texana, la primera en ser golpeada la noche del viernes cuando Harvey
era un huracán de categoría 4 –en una escala de 5–, autoridades y vecinos evaluaban
los daños dejados por este fenómeno, el más fuerte en
azotar Estados Unidos desde 2005 y Texas desde 1961.
El
Centro Nacional de Huracanes (NHC) aseguró que no existen precedentes de
inundaciones de este tipo, dato que el Servicio Meteorológico Nacional (NWS)
confirmó a través de su cuenta de Twitter: “Este fenómeno no tiene precedentes
y la totalidad de su impacto es aún desconocida y puede ir más allá de todo lo
ya experimentado”.
La
Casa Blanca anunció que el presidente Donald Trump visitará
las zonas afectadas el martes.
Las
torrenciales lluvias anegaron las principales carreteras de Houston,
dificultando los esfuerzos de las personas que trataban de ponerse a salvo.
“Es
una locura ver cómo las calles por las que manejas todos los días están
completamente bajo el agua”, contó a la AFP John Travis, un residente de la
ciudad.
En
la región de Houston/Galveston han caído más de 60 cm de lluvia en las últimas
24 horas, señaló el NWS.
Los
servicios de emergencia pidieron a los residentes situarse en las partes más
altas de la ciudad o en los techos de las viviendas (no en los áticos), para
poder ser rescatados por los helicópteros.
Hasta
ahora se han realizado unos 1.500 rescates. Los operadores del número de
emergencia 911 en Houston recibieron 56.000 llamadas en un lapso de 15 horas.
Las
autoridades temen que la situación se agrave cuando
en los próximos días descienda el agua del interior del estado a las localidad
de la costa.
“La
situación es grave y va a empeorar”, advirtió el gobernador de Texas, Greg
Abbott, en la cadena Fox News. Los daños ascienden a “miles de millones de
dólares”, aseguró.
“Aunque
haya algo de calma hoy, no piensen que la tempestad ha terminado”, declaró de
su lado el alcalde de Houston, Sylvester Turner, llamando a los residentes a quedarse
en casa y evitar salir a la calle.
El
líder municipal defendió la decisión de no haber evacuado a vecinos antes en
una ciudad de 2,3 millones de habitantes. “Es peligroso”, apuntó. “Si ordenas
la evacuación y pones a toda la gente en la autopista, estás llamando a una
calamidad mayor”.
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